Apuntes de la jornada de formación dentro del programa Fluxu que se celebró el miércoles 20 de noviembre en el Museo de Navarra.

Bajo el título El encuentro con la obra de arte, esta jornada propone compartir experiencias en torno a la difusión del arte contemporáneo en el territorio y a la experiencia del contacto con la obra de arte.

Autor: Claes Oldenburg
Título de la obra: Bicicleta enterrada
Año: 1990
Parque de la Villette, París

¿Qué sucedió en ese encuentro? ¿Cómo recuerdas la experiencia?

No recuerdo si fue mi primer encuentro o recuerdo presencial con Claes O, no sé si había visto algo anteriormente. Por supuesto, sí le conocía a través de reproducciones.

Si me retrotraigo a los inicios de mi formación en Bellas Artes. Recuerdo que en segundo de carrera (1985), nos propusieron un ejercicio —cuyo enunciado exacto no recuerdo— que consistía en reinterpretar la obra de otro artista. Me veo realizando un váter con material blando, principalmente tela cosida, al estilo de Oldenburg.

El encuentro con una obra puede ser un acontecimiento, se me da como un flechazo (un acontecimiento que también experimento en la literatura, la escritura, la filosofía, el cine, la música…) Uno no elige aquello que le impacta. Conecta con algo de nuestro deseo. Creo que se conecta con una obra en un nivel inconsciente, con algo que escapa a nuestro control. Son encuentros que perduran toda la vida, duraderos, de largo alcance.

Esta experiencia implica una intensidad física y emocional. La vivo como algo que me alegra, me vivifica, que siento corporalmente. Se siente como algo muy íntimo e interno, pero que me sobrepasa, me extravía, me desorienta, me sacude, me saca de algún lugar. Es una perturbación que me impulsa a actuar, a trabajar, que reaviva mi deseo.

Un encuentro con una obra es un modo de transmisión, un modo de herencia, de hacer algo con lo que se hereda.

El encuentro como un lugar de reconocimiento. En mi encuentro con Claes Oldenburg reconozco mi afición, mi inclinación por los objetos. Jugar y manipular el objeto. También, el absurdo, el humor, la extrañeza, el color. soy sensible a la materialidad del mundo y de las cosas. Parte de mi trabajo tiene que ver con los objetos y mi relación con los objetos.

¿De qué manera te marcó, influyo en ti, en tu quehacer artístico, en tu manera de concebir el arte, el mundo, en tu vida?

Los objetos son materiales al mismo nivel que otros materiales.

En el contexto de una sociedad capitalista y de mercado, consideramos los objetos como materiales en sí mismos, equiparables a las materias primas. Nos relacionamos con ellas de manera similar a los objetos. Compramos arcilla o madera como quien adquiere cualquier otro objeto de consumo. No existe una diferencia sustancial entre los objetos y otros materiales. El objeto es también materialidad, un material sofisticado que ha sido sometido a una transformación previa, generalmente industrial.

El arte consistiría en hacer con lo que hay, lo que no hay. Jasper Johns describe así el encuentro con el objeto: “Toma un objeto, hazle algo, haz otra cosa”. Es abrir un mundo, inesperado.

Y en relación con los procedimientos artísticos: intervenir los objetos con acciones como la descontextualización, la alteración y más importante la réplica del objeto, cambiando algunas de sus características, como su tamaño, escala o materiales.

No reconozco este objeto como materia muerta, inerte o pasiva, sino que siento su vitalidad intrínseca. Percibo una agencia que trasciende su estatus de objeto y manifiesta su propia independencia, irreductibilidad. Su tenacidad material y su presencia en ese lugar me conmueven.

Cualquier objeto casual, “es susceptible de recibir investiduras o desinvestiduras de sentido, positivas o negativas; de rodearse de un aura o de ser privado de ella”. El objeto viene a mí, me reclama y exige mi respeto, afirmando en mí algo de mí misma. Su forma material, su presencia, su dignidad como objeto, me interpelan. Jane Bennett lo denomina materia vibrante, aludiendo a esa vitalidad intrínseca de las cosas.

Los objetos son obstáculos en el mundo, chocas con ellos, son cuerpos, ofrecen resistencia, tienen presencia, materialidad, tenacidad, contienen su agencia, su propia vitalidad.

Se da el problema o relación de la obra y su contexto, el espacio físico en el que se da su presencia, que en el caso de CO es el espacio público. También un espacio proxémico, que se refiere a un espacio de las proximidades, de las distancias, de los modos de aproximación, las escalas y sobre todo esto es más relevante en el arte urbano o monumental.

Es un contexto de significación. Es un espacio regulado, parque turístico.

Están implicadas también cuestiones más simbólicas:
– La cuestión de lo incompleto. El objeto roto, el objeto doblado, aquí incompleto, detumescencia del objeto, flácido.
– El objeto, lo trivial de la sociedad de consumo, el desecho, lo transitorio convertido en monumento.
– Transformar desde lo incompleto, vivir y trabajar en el arte.

¿Cómo sois vosotras, cómo espectadoras? ¿Qué pedís a la obra y que aportáis? ¿Cómo es vuestra manera de acercaros a la obra?

Puedo hablar de mí misma como espectadora. Desde la escucha o atención de la obra, desde su materialidad y su sensorialidad y desde la presencia que propone.

Me gusta acercarme una obra desde la posición del no saber. Aceptar la otredad, la extrañeza, la incomprensión. La carnosidad de los materiales, los gestos y operaciones sobre los mismos, los recorridos de las manos del artista, los trazos.

Evito leer antes de ver o sentir la obra. En un primer momento, me puede estorbar.

Suspender lo verbal, el juicio, dejarse llevar de la mano. Extrañamiento y también sentir desde las entrañas.

Creo también que la mirada tiene que ser muy generosa, estar atento, ser atento. Tiene que ver con los afectos, la sensibilidad, ser atentos, la observación minuciosa, el aprecio a los materiales, al trabajo, a la forma, los símbolos. Esto es algo que la obra también te lo tiene que permitir.

La obra de arte es una condensación, que tiene una constitución y una formalización que implica medios, técnica, tecnología, materialidad o inmaterialidad. La obra es una condensación articulada que posibilita esta interacción con un público, por su presencialidad. No existe obra sin corporalidad.

Y también un marco o contexto, el contexto del arte. La obra de arte necesita un espacio temporal y físico. Un ejemplo clásico de marco es un espacio expositivo, posibilitado por el sistema del arte en cada momento, el contexto de arte, la institución arte. Y también la propia historia, las instituciones, las regulaciones, lo económico.

Nos gustaría que nos contaras tu experiencia de medición en FLUXU en San Adrián

No tengo experiencia en mediación, ni técnica ni recursos aprendidos. La realicé, intuitivamente, como algo que yo tenía que performar.

El taller «¿Qué queda de la madre en nuestro tiempo?«, tuvo una excelente acogida. Las participantes agradecieron este espacio especial de escucha, alejado de sus rutinas y tareas cotidianas, que sintieron como dedicado a sí mismas.

Se dio como un espacio especial, diferente, un corte respecto de las rutinas, de una intensidad especial también.La diversidad de edades, generaciones y culturas entre las participantes —incluyendo un trío de abuela, madre e hija— enriqueció el taller. Esto propició un entorno donde las diferencias y los puntos en común dialogaron.

Durante la presentación y conversación sobre la obra expuesta «Al aire de su vuelo», percibí que las participantes conectaron con mi discurso. Pude observar cómo dialogaban con la obra y participaban desde sus propias experiencias y perspectivas.

No hablé de mi obra, como lo haría en otros contextos, sino marcando especialmente la idea del taller para propiciar el diálogo. Explicar cuál.

El tema de mi taller no es el tema de la obra, yo hice mediación con la obra, en el sentido de desplazarla a otros lugares, lanzarla a otro sitio. Explicar mejor.

Saltar de la obra en cuanto se pudiera, salir de la obra para pasar a las propias experiencias de las participantes. Pasar a la escucha. Pienso que la obra es atravesada, es un medio, es un trampolín. El fin no está en la obra, hay un desplazamiento al participante. Esto no es fácil para los artistas, porque tendemos a estar muy fijados en las obras que hacemos.

Me pregunto cómo hubiera sido el taller sin la intervención con una obra, simplemente planteando el tema y conversando o escribiendo. Sí, sentí que la obra posibilitaba algo, servía de intermediación. Las tarjetas postales, un trabajo artístico, se convirtió en un material en el que intervenir, manipular, tocar, sentir, escribir. Yo llevaba otros materiales, como plastilina, pero la conexión hubiera sido más difícil sin las tarjetas.

Las tarjetas postales de la colección «Kaleidoscopias«, que puse a disposición del taller, resultaron ser un elemento atractivo y atrayentes. Fue gratificante ver cómo, por primera vez, estas tarjetas cumplían su propósito de ser utilizadas y puestas en circulación.

Al concluir la sesión, recibimos muestras de agradecimiento y peticiones de más espacios similares, como los que propicia la iniciativa Fluxu. Una participante compartió su experiencia en Instagram, destacando lo enriquecedor que fue compartir espacio con mujeres de diferentes edades, generaciones y culturas, y descubrir puntos en común.

Mi balance es sumamente positivo. Disfruté la experiencia y creo que todas las participantes lo hicieron también. Esta intensa jornada disipó, en gran medida, mis temores iniciales por mi limitada experiencia en talleres de mediación.

¿Tenéis en cuenta “al otro” al espectador en vuestro proceso de creación? ¿De qué manera? ¿En qué momento/s?

Tener en cuenta al espectador te protege del ensimismamiento. El arte es una actividad profundamente social.

Soy consciente que toda obra se independiza de su autor para generar o suscitar algo nuevo o imprevisto en quien la contempla. Ser causa del deseo de algo en alguien.
No hay obra si al espectador no le ocurre nada, solo existe obra cuando un espectador se ve afectado.

El artista genera subjetividad, vínculos, correspondencias, interlocución. “Un objeto cultural pierde su poder si no hay ojos nuevos que lo miran”. (Mark Fisher).

Nada está cerrado, acabado. No existe la clausura del mundo. Todo empieza.

¿Qué esperáis del otro/otras, del espectador? ¿Cómo os gustaría que fuera?

Soy consciente que deseo algo del otro, del espectador. La obra se da como un ofrecimiento, hay un deseo de vínculo. Ofrece, hacer disponible a otros,

Anhelo que mi obra sea la causa de un sentir en el espectador, que provoque un efecto, un estado. Poner en juego su propio deseo de espectador. No puede haber garantía…

Para qué sirve el encuentro con las obras, qué nos aporta el arte como individuos, como sociedad, etc.

La cultura es lo que heredamos, el arte es lo que creamos a pesar de la cultura. La obra crea al artista. No hay subjetividad sin intersubjetividad.

“Arte es lo que hacemos, cultura lo que nos hacen”. Carl André. Aunque el arte ha sido una gran herramienta de la institución cultural y esto debe ser también considerado.

¿Para qué he dedicado tanto tiempo de mi vida y esfuerzo a una actividad marginal? Me constituye como individuo, sujeto, lo particular, deseo de ser, social

La obra hace al autor. Me pregunto cómo el arte ha modificado mi forma de ser, de desear. También para convertirse en algo que antes no era. Darle espacio y tiempo a este deseo, una posibilidad de realización a todo lo que supone estar vivo, en relación con otros.